China está intensificando la represión contra las estafas en línea operadas por sindicatos criminales en las zonas fronterizas de Myanmar, gobernada por militares, en un esfuerzo que ha incluido un tiroteo, videos de confesiones y transmisiones de televisión nacional de arrestos de sospechosos de alto perfil.
Sin embargo, la campaña se ha limitado a un área limitada y parece poco probable que logre erradicar a los capos detrás del tráfico de personas y otras actividades ilícitas destinadas a estafar a las personas con sus ahorros a través de llamadas telefónicas y ofertas en línea, esquemas que se cree que generan decenas de miles de millones de dólares de ingresos al año.
Durante el verano, China anunció una serie de operaciones conjuntas con países vecinos que llevaron a que miles de personas fueran devueltas a China, muchas de las cuales habían sido atraídas por la promesa de empleos bien remunerados. Los expertos dicen que muchas son víctimas que se vieron obligadas a realizar estafas. Esas campañas no incluyeron arrestos de líderes de redes en Myanmar.
El 18 de noviembre, el Ministerio de Seguridad Pública de China anunció que las autoridades del norte de Myanmar habían entregado a unos 31.000 sospechosos. Entre ellos, dijo la policía, 63 eran actores clave de grupos estafadores. Entre los arrestados hay algunos relacionados con algunas de las personas más poderosas en dos zonas administrativas especiales cercanas a la frontera de China con Myanmar, gobernado por los militares.
El renovado esfuerzo para acabar con las redes de estafadores se produjo tras un violento tiroteo el 20 de octubre en Kokang, en un complejo perteneciente a la familia Ming, según los medios locales. El ex editor en jefe del medio de noticias Global Times, respaldado por el estado chino, Hu Xijin, pareció confirmar que policías encubiertos murieron en el incidente.
Redacción de: Karen Rodríguez