Del 28 al 31 de marzo, representantes de los pueblos originarios canadienses junto a sus obispos se reúnen en El Vaticano con el papa Francisco. Los encuentros son privados y la idea es que puedan ser escuchados sobre la trágica historia que les tocó vivir.
Como ha sido ampliamente divulgado, las denominadas escuelas residenciales católicas de Canadá utilizaron en su proceso de adoctrinamiento métodos, por decir lo mínimo, crueles. Estas instituciones eran generalmente administradas por organizaciones cristianas y financiadas con dinero público. Funcionaron desde 1880 hasta finales del pasado siglo.
Los estudiantes que pasaron por dichas escuelas sufrieron todo tipo de abusos en el intento de transformarlos en miembros de la sociedad canadiense, dejando de lado, su pasado, su cultura, su idiosincrasia, en suma su propia historia. En ese camino encontraron la muerte centenas de estudiantes, cuyos restos se han ido descubriendo poco a poco.
Estos encuentros en el Vaticano hacen parte del proceso de “curación y reconciliación” que tiene por objetivo hacer justicia a los menores indígenas de las Primeras Naciones de lo que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá denominó de “genocidio cultural.”
El primer día de reuniones contó con 10 delegados de los Métis y 8 de los Inuit, quienes acompañados por algunos obispos fueron recibidos por Francisco. Por ahora, el papa se ha limitado a escucharlos, sin embrago, la expectativa está, en qué sucederá al final de los encuentros, si el anhelado pedido de disculpas se dará, o una vez más, tendrán que esperar.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter
