El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó una nueva ley que limitará el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas primarias y secundarias. La medida, que entrará en vigor en febrero, busca reducir distracciones, promover la interacción social y proteger la salud mental de los estudiantes.
La ley permitirá el uso de estos dispositivos únicamente en casos de emergencia, para actividades educativas específicas o si los estudiantes tienen necesidades especiales que lo justifiquen. Este marco legal nacional responde a preocupaciones de padres, docentes y especialistas sobre el impacto negativo de los teléfonos en el aprendizaje y la convivencia en las aulas.
El proyecto de ley recibió apoyo de todo el espectro político, reflejando una inusual unanimidad en el país. Además, encuestas recientes indican que una mayoría significativa de la población está de acuerdo con la restricción, destacando la preocupación generalizada por el tiempo que los niños y adolescentes pasan frente a las pantallas.
Aunque algunas escuelas brasileñas ya habían impuesto restricciones parciales o totales al uso de teléfonos, esta ley garantiza una regulación uniforme a nivel nacional.
Un enfoque global hacia la limitación tecnológica
Brasil se une a una tendencia internacional en la que varios países han implementado restricciones similares. Francia, China y algunos estados de Estados Unidos han adoptado medidas para limitar el uso de dispositivos móviles en los entornos escolares. Según la UNESCO, uno de cada cuatro países en el mundo ya cuenta con regulaciones de este tipo.
Aunque algunos estados brasileños ya tenían leyes locales para restringir los teléfonos en las escuelas, su aplicación había sido inconsistente. Con este nuevo marco nacional, se espera que las autoridades puedan reforzar las normas en todo el país.
Sin embargo, expertos advierten que los adultos deben servir como modelo para los niños en el uso responsable de la tecnología, ya que las restricciones por sí solas no resolverán problemas como el bullying o la dependencia digital.
Esta medida busca equilibrar el acceso a la tecnología con el bienestar de los estudiantes, destacando la importancia de un entorno educativo más enfocado y saludable.
Redacción de: Karen Rodríguez A.