Manifestantes procedentes de varias regiones del país, se dieron cita este domingo en la capital brasileña e invadieron las sedes de los tres poderes del Estado. Los partidarios del ex presidente Jair Bolsonaro, inconformados con la derrota de su líder en las urnas, realizaron actos violentos calificados de terroristas por la justicia brasileña.
Las turbas enardecidas destrozaron todo lo que encontraron en su camino, sin ser incomodadas por ninguna autoridad responsable por la seguridad de los edificios públicos. Esa omisión llevó al presidente de la república Luiz Inácio Lula da Silva a decretar una intervención federal en la seguridad pública del Distrito Federal. La medida estará vigente hasta el 31 de enero.
El presidente Lula da Silva, aseveró que la barbarie sucedida este domingo en Brasilia, traerá severas consecuencias a los autores tanto materiales como intelectuales, todos los involucrados serán encontrados y punidos prometió Lula ante una audiencia horrorizada por estos hechos inéditos en la historia de ese país.
Por otro lado, la Policía Civil del Distrito Federal confirmó la detención de por lo menos 300 personas, que fueron encaminadas a sus dependencias para ser debidamente investigadas. Por ahora, están siendo identificadas y escuchadas en el proceso de investigación sobre los actos antidemocráticos y criminales ocurridos en la sede de los poderes públicos.
Por su parte, el ministro de Justicia brasileño, Flavio Dino, calificó la invasiones del Palacio del Planalto, sede del poder ejecutivo, del Congreso Nacional y de la Suprema Corte, como actos de terrorismo y golpismo propiciado por seguidores fanáticos del ex presidente derrotado en las urnas. Dino manifestó, que la inmensa mayoría de la población no quiere la implementación de esas tinieblas, ni la destrucción del Estado Democrático de Derecho.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter
