El paro, además de causar caos general en las carreteras y calles por las que ha pasado, ahora también está afectando directamente a los refugios para personas sin hogar, aparentemente con el objetivo de obtener comida gratis mientras que se refugian en Parliament Hill.
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Ottawa es ahora el foco de los gritos, bocinazos y protestas de los miembros y simpatizantes del paro camionero más grande en la historia de Canadá, “Freedom Convoy”; así como también de los actos vandálicos que, lamentablemente, se vienen presentando en las protestas por los mandatos de vacunas.
El paro, además de causar caos general en las carreteras y calles por las que ha pasado, ahora también está afectando directamente a los refugios para personas sin hogar, aparentemente con el objetivo de obtener comida gratis mientras que se refugian en Parliament Hill ya que, aún cuando su campaña en GoFundMe ha recaudado más de $9 millones, el organizador del paro ha congelado temporalmente la financiación.
Los disturbios ocasionados por los manifestantes han sido grabados por varios ciudadanos y Shepherds of Good Hope, uno de los cuatro principales refugios para personas sin hogar en Ottawa, ha compartido un incidente donde se podía ver a los manifestantes entrando al al comedor para exigir comida gratis y agredir a los residentes del refugio, sin mencionar que se presentaron actos racistas hacía el personal del refugio. “Hoy temprano, nuestro personal y voluntarios experimentaron el acoso de los manifestantes del convoy que buscaban comida en nuestro comedor de beneficencia. Las personas recibieron comidas para calmar el conflicto. Nuestro comedor de beneficencia se compromete a proporcionar comidas a las personas que se encuentran en riesgo de quedarse sin hogar en Ottawa. Los eventos de este fin de semana han causado una tensión significativa en nuestras operaciones en un momento ya difícil”, tuiteó el grupo el sábado.
Aún cuando inicialmente la protesta pretendía ser pacífica, las cosas han crecido mucho más de lo que los organizadores tenían planeado; tanto camioneros como simpatizantes están perturbando la paz de Ottawa cantando y tocando las bocinas, mostrando carteles con símbolos de odio, vandalizando las estatuas y propiedades de la ciudad, todo con el objetivo de que se ponga fin a las medidas de restricción por COVID-19 y que el primer ministro, Justin Trudeau, presente su renuncia. Y esto no parece tener pronto fin, así lo hizo saber la policía de Ottawa al publicar en sus redes sociales lo siguiente: “La policía es consciente de que muchos manifestantes han anunciado su intención de permanecer en el lugar. Esto seguirá causando importantes problemas de tráfico, ruido y seguridad en el centro de la ciudad. La policía ha evitado multar y remolcar el vehículo para no instigar enfrentamientos con los manifestantes. Aún así, los enfrentamientos y la necesidad de reducir la escalada se han requerido regularmente”, escribió el Servicio de Policía de Ottawa en un comunicado emitido el domingo por la noche.
Hasta el momento, el servicio para mantener la protesta vigilada tiene un costo de $800,000 por día, y eso no incluye pérdidas comerciales, costos sociales o daños a la propiedad; por lo que se espera que los costos aumenten a medida que la policía lleve a cabo los debidos procedimientos por actos de amenaza, comportamiento ilegal, daños a la propiedad de la ciudad y profanación de estatuas.
Se espera que los costos aumenten a medida que la policía lleve a cabo investigaciones criminales sobre actos de amenazas, comportamiento ilegal, daños a un vehículo de la ciudad y la profanación de al menos dos monumentos nacionales en Ottawa.
