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Amir Nasr-Azadani: el futbolista iraní condenado a muerte por participar en las protestas por los derechos de las mujeres

Mientras en Qatar rodaba el balón, con la euforia y expectativa vivas sobre todo entre los hinchas de los equipos que llegaron a la final (Argentina-Francia) del máximo certamen del balompié, en Irán se apaga la esperanza de vida de Amir Nasr-Azadani.

El futbolista fue condenado a la pena de muerte por participar en las protestas que sacuden a su país en favor de los derechos humanos de las mujeres y tras las cuales han sido ejecutadas en los últimos tres meses unas 400 personas.

Pero en medio de la fiesta del fútbol, que siguió su curso como todo en la vida, el mundo no es indiferente a la situación de Nasr-Azadani, quien pese a perder su libertad, ha encontrado solidaridad global en procura de un esperado perdón.

A Amir, que venía jugando en el equipo FC Iranjavan Bushehr de la segunda división del fútbol de Irán, lo acusan del delito “enemistad con Dios”, según las leyes del sharía o ley del islam.

La agencia de noticias EFE conoció que hay, junto al deportista que juega como defensor central, otros ocho presos por el delito conocido como “moharebe”, que traduce “enemistad contra dios”, “enemistad con dios” o “guerra contra dios”.

“El islam dice que la persona que comete ‘moharebe’ es aquel que viola la ley divina y celestial, que es la sharía”, explicó a EFE el clérigo Yalal Mohebí.

“La ley humana puede contener errores, porque el ser humano puede cometer errores, pero Dios no” y de ahí la importancia de las “leyes de dios”, comenta Mohebí, al definir, en un plano más terrenal, el “mohareb”. “A quien ataca a otros seres humanos, bloquea calles o plazas, organiza disturbios y crea el terror y la inseguridad entre la población”, dice en el artículo 279 del Código Penal Islámico del país persa.

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