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Algunas reflexiones sobre el ocho de marzo

En muchos países se conmemora cada ocho de marzo el Día Internacional de la Mujer, la propuesta de esta fecha es tomar conciencia de que a pesar de haberse logrado importantes avances en los últimos años, todavía falta mucho por hacer si se pretende alcanzar algún día la igualdad de derechos entre los seres humanos independientemente de su sexo.

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido que luchar con todas sus energías para oponerse al yugo opresor ejercido desde la fuerza por sociedades machistas y patriarcales y poco a poco han ido conquistando cada uno de los derechos ciudadanos que ahora gozan. No obstante, aún falta mucho por realizar para alcanzar los privilegios masculinos.

Desafortunadamente, esos deseos de cambios y de luchar por conquistar derechos  y dignidad para todas las mujeres, no han sido acompañados por una gran mayoría de la población, incluyendo a mujeres que por muchas razones no se involucraron. Fueron apenas un puñado de valientes mujeres que decidieron luchar contra muchas injusticias históricas.

Si soñamos con un mundo mejor, donde haya paz y seguridad, en el que se respeten los derechos humanos de todos, no dejando de lado a grupos históricamente relegados como las mujeres, si queremos construir una sociedad más sana y habitable, tenemos que tomar conciencia que la lucha por alcanzar una sociedad sostenible es de todos.

La discriminación hacia la mujer tan presente hoy en día, se ve por ejemplo en su escasa participación en las esferas de poder, sea en la política o en el mundo empresarial, también en una brecha salarial que las desfavorece y en la persistente doble jornada de trabajo. Ni que hablar de aquellas que son víctimas inocentes de la violencia de las guerras.

Por alguna misteriosa razón muchas personas tienen una lectura diferente de este día de lucha y reflexión y se rinden a la banalización y comercialización de esta fecha tan importante. Este día les provoca festejar con sus compañeras, madres, hermanas y amigas ofreciéndoles un regalo, una flor o un chocolate como muestra de su aprecio.

Quizá podríamos dejar todos los otros días del año para homenajearlas de esa manera y  quizá podríamos pensar este día en tratarlas siempre con respeto y que cuando salgan a la calle se sientan protegidas y seguras, que no serán más víctimas del acoso callejero que muchas veces les provoca miedo y terror y otras veces puede significar el fin de sus vidas. Quizá podríamos pensar en criminalizar siempre los feminicidios, y por ahí, muchos otros quizá. Es hora de empoderar a las mujeres, piense, aunque sea un poquito en estas líneas.

Redacción de: Mauro garcía

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