Corea del Norte ha informado que 1,4 millones de jóvenes se han ofrecido como voluntarios para unirse o regresar al ejército, acusando a Corea del Sur de haber realizado una provocadora incursión con drones sobre Pyongyang. Según la agencia estatal KCNA, esta acción de Seúl, que habría esparcido panfletos antirregimen en la capital norcoreana, ha llevado la situación “al borde de la guerra”.
Como respuesta, Pyongyang demolió secciones de carreteras y vías ferroviarias intercoreanas en su lado de la frontera, una acción que, según el gobierno norcoreano, está alineada con su nueva constitución, la cual ahora clasifica a Corea del Sur como un “estado hostil”. Este cambio constitucional, impulsado por el líder Kim Jong Un, elimina oficialmente la meta de la unificación pacífica y marca un distanciamiento radical en las relaciones intercoreanas.
Las dos Coreas, que técnicamente siguen en guerra desde el conflicto de 1950-53, han visto un aumento de las tensiones desde principios de este año, cuando Kim Jong Un declaró a Corea del Sur como el “enemigo principal”. En respuesta a la reciente crisis, Seúl ha advertido que cualquier amenaza a la seguridad de sus ciudadanos resultará en el “fin del régimen” de Pyongyang.
Además, Corea del Norte ha comenzado a fortificar permanentemente la frontera, bloqueando cualquier posible conexión con el Sur. En las últimas semanas, ha colocado minas y barreras antitanque a lo largo de la zona desmilitarizada, mientras sus medios estatales insisten en que el Sur “pagará un alto precio” por sus provocaciones.
Reacciones internacionales
La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos y Japón, se ha unido a Corea del Sur en la condena de las acciones norcoreanas. Los tres países realizaron una conferencia de prensa en Seúl, denunciando la decisión del Norte de escalar las tensiones y advirtiendo sobre los riesgos de futuros enfrentamientos. Al mismo tiempo, se anunció la creación de un equipo de 11 naciones para supervisar la aplicación de sanciones contra Corea del Norte, en respuesta a la obstrucción de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En otro frente, Corea del Norte ha sido acusada de apoyar activamente a Rusia en la guerra de Ucrania, no solo proporcionando armas sino también personal, según declaraciones del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy. Washington ha señalado que está evaluando los informes sobre la participación de Pyongyang, mientras el subsecretario de Estado estadounidense, Kurt Campbell, destacó que el apoyo de Corea del Norte a Rusia se está “sintiendo en el campo de batalla”.
A pesar del clima hostil, los expertos creen que un conflicto militar total es improbable, ya que Corea del Norte está consciente que sus fuerzas no pueden igualar el poder combinado de Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, existe el riesgo de que un error de cálculo podría desatar enfrentamientos en la zona fronteriza, agravando aún más una ya frágil situación en la península.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
