Según un informe confidencial del organismo de control nuclear de las Naciones Unidas (ONU), Irán ha aumentado significativamente sus reservas de uranio enriquecido hasta niveles cercanos a los aptos para armas. Este desarrollo es el último de los intentos de Teherán de ejercer presión constante sobre la comunidad internacional para que levante las sanciones económicas impuestas debido a su controvertido programa nuclear.
El informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) se produce en un contexto de crecientes tensiones en el Medio Oriente, exacerbadas por la actual guerra entre Israel y Hamas. Israel e Irán llevaron a cabo ataques directos en el territorio del otro por primera vez el mes pasado.
El programa nuclear de Irán, como todos los asuntos de Estado en el país, está bajo la dirección del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Esta dirección no parece que vaya a cambiar tras el accidente de helicóptero de la semana pasada que resultó en la muerte del presidente Ebrahim Raisi y del ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian.
¿Qué dice el informe?
Según el informe, al 11 de mayo, Irán posee 142,1 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un aumento de 20,6 kilogramos desde el último informe de la OIEA en febrero. El uranio enriquecido con una pureza del 60% está a solo un pequeño paso técnico de los niveles de grado armamentístico del 90%. La OIEA define que alrededor de 42 kilogramos de uranio enriquecido al 60% es suficiente para crear un arma atómica si se enriquece aún más.
El informe también revela que las reservas totales de uranio enriquecido de Irán ascienden a 6.201,3 kilogramos, un aumento de 675,8 kilogramos desde el informe anterior de la OIEA.
Irán ha sostenido que su programa nuclear tiene únicamente fines pacíficos, pero el jefe de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, ha advertido previamente que Teherán tiene suficiente uranio enriquecido a niveles cercanos al grado de armas para fabricar “varias” bombas nucleares si así lo decide. Grossi también ha reconocido que la agencia de la ONU no puede garantizar que ninguna de las centrifugadoras de Irán haya sido retirada para realizar enriquecimiento clandestino.
El informe también indica que Teherán no ha reconsiderado su decisión de septiembre de 2023 de prohibir a los inspectores de la OIEA seguir monitoreando su programa nuclear. Grossi expresó su “profundo lamento” por esta decisión, afirmando que revocarla es esencial para que la agencia pueda llevar a cabo sus actividades de verificación en Irán de manera efectiva.
Tensiones internacionales
Las tensiones entre Irán y la OIEA han aumentado desde 2018, cuando el entonces presidente Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales. Desde entonces, Irán ha abandonado todos los límites que el acuerdo imponía a su programa y ha incrementado rápidamente el enriquecimiento de uranio.
Según el acuerdo nuclear original con las potencias mundiales de 2015, Irán solo podía enriquecer uranio hasta un 3,67 por ciento de pureza, mantener una reserva de unos 300 kilogramos y utilizar únicamente centrifugadoras IR-1 muy básicas.
Las muertes del presidente Raisi y del ministro Amirabdollahian han provocado una pausa en las conversaciones de la OIEA con Teherán sobre la mejora de la cooperación. Antes del accidente de helicóptero del 19 de mayo, Irán había acordado mantener negociaciones técnicas con la OIEA el 20 de mayo. Sin embargo, estas reuniones fracasaron debido al accidente. Irán envió una carta el 21 de mayo indicando que su equipo nuclear desea continuar las discusiones en Teherán en una fecha por acordar.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
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