El domingo marcó un hito en la historia danesa cuando el primer ministro de Dinamarca proclamó rey a Federico X después de que su madre, la reina Margarita II, firmara formalmente su abdicación. La nación nórdica celebró este acontecimiento significativo con multitudes congregadas frente al palacio real, marcando la primera sucesión real en más de medio siglo, sin ser provocada por la muerte de un monarca.
Margarita, de 83 años, se convierte así en la primera monarca danesa en renunciar voluntariamente al trono en casi 900 años. La ceremonia de abdicación tuvo lugar en el Palacio de Christiansborg, en Copenhague.
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La proclamación de Federico como rey fue realizada por la primera ministra Mette Frederiksen desde el balcón del palacio, ante la aclamación de miles de súbditos.
Acompañado por la nueva reina María y sus cuatro hijos, Frederik y su familia saludaron a la multitud desde el balcón mientras esta espontáneamente entonaba el himno nacional. Luego, abandonaron el Palacio de Christianborg en un carruaje tirado por caballos, dirigiéndose a su residencia en Amalienborg.
Federico adoptó el lema real: “Unidos, comprometidos, por el reino de Dinamarca”.
La abdicación deja a Dinamarca con dos reinas: Margarita conserva su título, mientras que la esposa de Federico se convierte en la reina María. El hijo mayor de la pareja, Christian, de 18 años, asciende a príncipe heredero y heredero al trono.
La sorprendente decisión de Margrethe de renunciar, anunciada en la víspera de Año Nuevo, se debió a problemas de salud después de una cirugía mayor de espalda en febrero pasado. Margrethe, quien ascendió al trono en 1972, es la primera monarca danesa en renunciar voluntariamente desde 1146.
La histórica sucesión fue celebrada en todo el país, con multitudes congregadas en las calles y eventos especiales para presenciar el traspaso de la corona a la siguiente generación. El nuevo rey, Federico X, expresó su agradecimiento y compromiso con su papel durante este evento único en la monarquía danesa.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
