La deuda nacional bruta de Estados Unidos ha alcanzado un hito histórico, superando los 34 billones de dólares, lo que representa un presagio para los próximos desafíos económicos y políticos del país. El Departamento del Tesoro de EE. UU. publicó un informe destacando este registro récord, lo que agrega presión a un Washington políticamente dividido que podría enfrentar cierres parciales del gobierno sin un presupuesto anual.
El alza de la deuda ha sido más rápida de lo previsto, atribuible a una pandemia que paralizó la economía, llevando a una significativa contracción económica. Tanto la administración Trump como la actual de Biden recurrieron a préstamos para estabilizar la economía y apoyar la recuperación, lo que, junto con el aumento de la inflación, ha encarecido el servicio de la deuda.
A pesar de la magnitud de la deuda, los inversores continúan prestando dinero al gobierno federal, permitiéndole mantener programas y gastos sin la necesidad de aumentar los impuestos. Sin embargo, la trayectoria proyectada de la deuda para las próximas décadas plantea riesgos para la seguridad nacional y programas esenciales como el Seguro Social y Medicare, principales impulsores del gasto gubernamental.
La deuda nacional no parece ejercer una presión inmediata sobre el crecimiento económico, pero su escalada continua podría aumentar la inflación y las tasas de interés, con implicaciones a largo plazo en la economía. La reducción de las tenencias extranjeras de bonos del Tesoro estadounidense plantea preocupaciones adicionales sobre la sostenibilidad de la deuda.
Las estrategias para abordar esta situación difieren entre los partidos políticos. Mientras la administración Biden propone aumentar impuestos a los ricos y corporaciones, junto con una mayor recaudación de impuestos a través de una financiación fortalecida del IRS, los republicanos abogan por recortes significativos en programas gubernamentales y menos gastos en energía limpia. Esta divergencia puede complicar las soluciones para controlar la deuda.
Aunque la deuda actual no parece afectar drásticamente el crecimiento económico, existe una creciente preocupación sobre la sostenibilidad de esta trayectoria. La incertidumbre radica en el momento en que esta situación podría volverse más grave, generando consecuencias significativas en el mercado financiero y la economía en general.
Redacción de: Karen Rodríguez
