Claudine Gay, la primera presidenta negra de la Universidad de Harvard, anunció su renuncia en medio de acusaciones de plagio y críticas por su declaración en una audiencia del Congreso, donde no pudo confirmar claramente la violación de la política de conducta en casos de llamados al genocidio de judíos en el campus.
El retiro de Gay se produce después de que su mandato se viera envuelto en un intenso escrutinio tras su comparecencia ante el Congreso, donde se cuestionaron sus afirmaciones y se descubrieron presuntos casos de plagio en su tesis doctoral de 1997. Harvard Corporation inicialmente respaldó a Gay, admitiendo “algunos casos de citas inadecuadas”, pero sin evidencia de mala conducta en la investigación. Posteriormente, encontraron más ejemplos de “lenguaje duplicado sin atribución adecuada”, lo que llevó a Gay a comprometerse a actualizar su tesis.
La renuncia de Gay fue anunciada con “gran tristeza” por Harvard Corporation, que elogió su compromiso con la institución. Alan M. Garber asumirá como presidente interino hasta que se designe un reemplazo. Mientras tanto, la controversia que rodea a Gay ha desencadenado reacciones encontradas.
Los conservadores, que pusieron en duda su integridad, celebraron su renuncia, alegando que su partida era esencial para la institución. Por otro lado, sus partidarios lamentaron su dimisión, criticando el enfoque de los ataques y la naturaleza de las críticas como injustas y basadas en prejuicios raciales.
La comparecencia de Gay en el Congreso, junto con otras dos presidentas universitarias, provocó fuertes controversias. La incapacidad de Gay para proporcionar una respuesta clara sobre la violación de la política de conducta ante llamados al genocidio de judíos llevó a críticas y posteriores disculpas, pero no pudo calmar la creciente polémica.
El episodio no solo empañó su mandato en Harvard sino que generó debates y tensiones dentro de la Ivy League, llevando a la renuncia de un miembro del nuevo comité sobre antisemitismo. Esta situación ha llevado a investigaciones tanto federales como internas en Harvard, MIT y otras universidades importantes.
Las opiniones sobre su renuncia varían desde el apoyo hasta la crítica, desatando un intenso debate en torno a la diversidad, equidad e inclusión en el ámbito educativo y la libertad de expresión en el campus universitario.
Redacción de: Karen Rodríguez
